lunes, 9 de julio de 2007

El origen y la distribución Mapuche

Origen y migración [editar] Artículo principal: origen de los mapuche
El origen de los mapuches no se conoce con mucha certeza; siendo la teoría más conocida la postulada por Ricardo Latcham, quién afirma que los Mapuche son originarios del actual territorio argentino y que a través de un largo proceso de migración, se habrían introducido como un grupo étnico y cultural foráneo entre los picunches y huilliches, instalándose definitivamente entre los ríos Bío-Bío y Toltén. Hasta hace pocos años la teoría de Latcham parecía no merecer objeciones pero hoy nuevamente está siendo objeto de revisiones y discusiones.

Posteriormente, debido a la presión ejercida por los españoles, y a través de un largo proceso de migración (a través los pasos de la cordillera de los Andes) y transmisión cultural, entre los siglos XVIII y XIX regresaron a los territorios ubicados al este de la Cordillera de los Andes, y araucanizan el Comahue, gran parte de la región pampeana, y el norte de la Patagonia oriental, tierras hasta entonces ocupadas por diversos pueblos no mapuches. De tal modo fueron mapuchizados los pehuenches, los het y las parcialidades septentrionales de los tehuelches;


Ubicación y distribución [editar]
Retrato de mujeres mapuches dibujado por el expedicionario Dumont D'Urville en 1842
Chile [editar] Según el Censo 2002, existen 604.349 mapuches, aproximadamente un 4% del total de la población total. Representan el 87,3% de la población originaria. Están ubicados principalmente en las zonas rurales de la IX Región, así como grupos importantes en la X Región y Región Metropolitana de Santiago.

El Censo 1992 había registrado 932.000 mapuches. Esta gran reducción de un 30% de la población mapuche en una década ha intentado explicarse con diversos argumentos, desde aquellos que sostienen que se trata de un genocidio abierto [5], aquellos que sostienen que se trata de un genocidio burocrático con el fin de deslegitimar las peticiones indígenas [6], hasta aquellos que sostienen que se trata de un problema estadístico relacionado con el cambio de las preguntas sin consecuencias socio-políticas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Mapuche#Etimolog.C3.ADa

Mapuche

Los mapuches (mapudungun: mapuche, 'gente de la tierra’)? Son un pueblo indígena de la zona centro-sur de Chile y de la Argentina. Se les conoce también como araucanos, nombre que se usa poco en la actualidad, porque ellos no lo aceptan[1] [2][3] y que predomina en la historiografía, para el período que abarca desde los primeros contactos con los españoles hasta el siglo XIX aproximadamente.
Los grupos ubicados entre los ríos
Biobío y el Toltén lograron resistir con éxito a los conquistadores españoles en la llamada Guerra de Arauco, una serie ininterrumpida de batallas que duró unos 300 años, con largos periodos de tregua. La corona de España reconoció hasta cierto punto su autonomía y sólo varias décadas después de que lograran su independencia, los estados chileno y argentino invadieron los territorios que se mantenían independientes y asignaron a los mapuches a "reducciones" (Chile) y "reservas" (Argentina). La población mapuche del siglo XXI es principalmente urbana, pero mantiene vínculos con sus comunidades de origen y subsisten las reclamaciones por territorio y reconocimiento de su cultura.

http://es.wikipedia.org/wiki/Mapuche

jueves, 24 de mayo de 2007

Las lenguas aborígenes de Chile

Al igual que otros países de América, el nuestro ha sido y es multilingüe, pero en menor proporción. En el presente sobreviven -en diferentes condiciones- solo cuatro en Chile continental (aymara, quechua, mapuche y kawesqar) y una no amerindia en la Isla de Pascua (rapanui); seis se han extinguido (chango, atacameño, diaguita , selk'nam, yagan y chono), algunas prácticamente sin dejar huellas.
Sobre la existencia de varias lenguas en el territorio informa, tempranamente, el cronista Gerónimo de Bibar (1558). Los valles de Atacama, Copiapó, Huasco, Coquimbo, Limarí y Combarbalá hasta el de Aconcagua poseían sus propias lenguas, no habiendo grandes diferencias entre algunas de ellas. Así, refiriéndose a los habitantes del valle de Huasco, expresa: "Estos yndios difieren de la lengua de Copiapo como byscainos e navarros" (Vibar, 1979:40) Es decir, presentaban diferencias dialectales no muy pronunciadas. Desgraciadamente, no quedaron documentadas.
Como consecuencia de la conquista incaica, el quechua era entendido en dichos valles. Por ello, según Vibar, cuando Pedro de Valdivia llegó al valle de Copiapó ordenó a la gente de a pie y a los yanaconas que hablaran en esa lengua a los aborígenes locales, los cuales huían ante la presencia de los españoles. "Luego el capitan de los yndios - escribe -, quando oyo la boz y entendio la lengua del Cuzco - puesto qu'es de la suya muy diferente, porque en toda la tierra y provincias de Indias cada XX y XXX leguas difieren los lenguajes - entendiola, porque avian tratado con yndios del Cuzco (porque tenian a las diez y ocho leguas del valle de Copiapo un pueblo ... de yndios del Cuzco), y como con ellos tratavan, entendia la lengua este capitan y otros muchos" (Vibar, op.cit.: 30).
Respecto del resto del territorio, el cronista da testimonio de la homogeneidad del lenguaje. Refiriéndose a la zona de Aconcagua escribe: "La lengua d'estos valles no difiere una de otra" (op.cit.:51). Los promaucaes, situados a siete leguas al sur de Santiago, por su parte, "son de la lengua y traxe de los de Mapocho" ( op.cit.: 165). La población que habitaba entre los ríos Itata y Toltén hablaba la misma lengua de la comarca de Santiago. Más al sur, los habitantes de Valdivia " difieren vn poco en la lengua a las demas provincias que tengo dichas" (op.cit.: 190). Por último, de la gente de la Isla de Chiloé afirma que "la lengua difiere vn poco " (op.cit.: 249).
De esa primera e importante crónica se infiere, pues, que, al iniciarse la conquista de nuestro país, había más diversidad idiomática en la zona norte y que, en la mayor parte del territorio conocido hasta entonces se hablaba una sola lengua, con pocas diferencias dialectales, lo cual fue corroborado posteriormente. De las lenguas de los valles del norte, mencionadas por Vibar, no ha sobrevivido ninguna. Tampoco la de los changos de la costa.
www.c5.cl/eural/tht/material_th2/dia_1_word/modulo_II/web/navegar_en_seco/lenguas.htm

¿ y que pasa con la cultura aborígen de Chile?

Los Aborígenes en Chile.
En nuestro país por su gran variedad geográfica, se dió todo tipo de organizaciones sociales y económicas en sus distintas culturas autóctonas. Uno de los aspectos más claros, para entenderlas, en relación con su entorno, es el alto desarrollo alcanzado en organización social, agricultura, ganadería y artesanía por los pueblos que se encontraban en la zona norte, y a medida que avanzamos hacia el sur, los pueblos se hacen nómadas y dedicados a actividades como la pesca y la caza.

Uno de los pueblos más adelantados fueron los atacameños, que ocupaban los territorios al interior de Tarapacá, Antofagasta y Puna de Atacama. Sus vestigios se remontan a casi 12.000 años, poseían una cultura bastante desarrollada, dedicándose a la agricultura, crianza de llamas y alpacas, a la minería y metalurgia, destacando su avanzada industria textil y alfarera.
Otro pueblo de la zona norte, notable por su cultura, fueron los diaguitas. Establecidos entre Copiapó y el Río Choapa, desarrollaron la alfarería, alcanzando gran perfección en diseño y colorido; conocían el tejido y la minería de oro, cobre y bronce, además de ser pastores de llamas y alpacas.
A lo largo de todo el litoral comprendido entre Arica y Chile central, habitaron los changos, un grupo de pescadores de costumbres nómadas, que se caracterizaban por sus embarcaciones hechas de cueros de lobos marinos inflados. Desaparecieron tardíamente fusionados con el mestizaje.
Los picunches ocuparon la zona comprendida entre el Río Choapa y el Río Itata. Fueron influidos culturalmente por su vecinos del norte (los diaguitas), y por los del sur (los mapuches); eran agricultores, ganaderos y conocían la alfarería y el trabajo en tejidos.
Ya en la zona sur del país (Vlll Región), quedan pocas culturas dedicadas a la explotación sistemática de la tierra. La mayoría se centran en actividades de caza y recolección.
El Río Biobío y Toltén se instalaron los mapuches, pueblo aguerrido, dedicado preferentemente a la caza. Rápidamente se adaptaron a las circunstancias nuevas de una guerra contra los españoles, aprendieron el uso del caballo, de las armas de hierro y sostuvieron la más tenaz resistencia al invasor durante trescientos años. Es el único pueblo en Chile que aún conserva su espíritu ancestral y sus tradiciones culturales.
El único pueblo en esta zona, que no se dedicó a la caza y recolección, fueron los huilliches, que ocupaban la zona que va desde el sur del Biobío hasta el Golfo de Reloncavi.
Eran agricultores pacíficos, que no ofrecieron resistencia ni a los invasiones mapuches ni a la española. Los chiquillanes eran indígenas nómadas y recolectores, que habitaron la región oriental de la Cordillera de los Andes, entre el Río Diamante y el Lago Nalalhue. Hacían frecuentes cruces de la cordillera para comerciar con otros pueblos aborígenes de nuestro territorio y posteriormente con los españoles.
Otro pueblo de esta región fueron los puelches, que alzaron sus tolderias en la zona cordillerana al sur de Valdivia y hasta las alturas de Osorno, dedicándose a la caza del guanaco y a la recolección de frutas. Lentamente fueron mestizándose con los mapuches y los huilliches hasta desaparecer.
Los pehuenches fueron cazadores y recolectores nómadas, que habitaron el territorio cordillerano entre Chillán y Valdivia. Traspasaban la cordillera para comerciar y recolectar piñones (pehuén). En el siglo XVIII se establecieron definitivamente en territorio chileno.
En la isla de Chiloé y la zona de los canales y archipiélagos australes habitaron los chonos, pueblo de pescadores y cazadores de Lobos marinos. Con la llegada de los cuncos a Chiloé, fueron desplazados más hacia el sur; sin embargo, aprendieron de ellos una agricultura rudimentaria y la crianza de la llama. De la fusión de ambos pueblos nació el chilote.
En la Undécima Región existieron dos pueblos diferenciados en sus costumbres: uno esencialmente de tierra y el otro marino. Los primeros, los tehuelches, habitaron ambos lados de la Cordillera de los Andes, en la zona comprendida entre el Golfo de Reloncaví y Tierra del Fuego. Más conocidos como patagones, practicaban la caza y la recolección de frutas, plantas y raíces. Desaparecieron tras sucesivas mezclas con otros grupos indígenas y con la conquista española.
El segundo pueblo eran los alacalufes, que vivían en sus botes de cortezas o árboles ahuecados, recorriendo la extensa región comprendida entre el Golfo de Penas y el Canal Beagle. Alejados de todo contacto con otros pueblos, no conocieron agricultura, ni ganadería dedicándose a la caza de focas y a la pesca.
Ya en el extremo austral del país encontramos a los yamanas, indios pescadores conocidos también como yaghanes, quienes habitaban las islas y canales del Beagle. Al igual que los alacalufes, no mantuvieron contacto con otros pueblos y no conocieron agricultura ni ganadería. Durante el período de colonización fueron objeto de una despiadada destrucción. Los onas, llamados así por sus vecinos yamanas, eran dos subgrupos, los indios Selk-Nam y los Hausch, diferenciados por características de costumbres y lenguaje, pero pertenecientes al mismo grupo étnico. Habitaron la Isla Grande de Tierra del Fuego, dedicándose a la cacería de guanacos y a la recolección de bayas y otros frutos. De gran estatura, corrieron igual suerte que sus vecinos yamanas, siendo exterminados por los colonizadores blancos.
De esta forma hemos dado un vistazo a todos los pueblos del Chile prehispánico, a la gran variedad de culturas, formas de organización social y económica. Quizás en Chile no existieron grandes civilizaciones como en México y Perú, pero dentro de la variada gama cultural hubo pueblos que solucionaron sus problemas de hábitat con ingenio y tuvieron organizaciones sociales, políticas y religiosas muy avanzadas, lo que representa un patrimonio cultural muy amplio, rico e interesante para ser estudiado.


www.folklore.cl/aborigenes.html

viernes, 11 de mayo de 2007

jueves, 10 de mayo de 2007

Antonio Caso. Filósofo revolucionario

Antonio Caso
Antonio Caso (1883-1946), filósofo y escritor mexicano. Fue una de las figuras más importantes y activas de la intelectualidad de México en la primera mitad de siglo. Desde un comienzo se opuso al positivismo imperante (introducido por Gabino Barreda), criticando lo limitado de su concepto de experiencia. Introdujo en su país las más recientes tendencias filosóficas, en especial la obra de Henri Bergson y Edmund Husserl. Su pensamiento, alejado del discurso sistemático, tiene un marcado carácter pluralista y supone una confianza en el valor de la intuición como forma de conocimiento. Le preocupaba la idea de "síntesis" como meta del conocimiento filosófico, en la que debían converger la moral, el arte, las aportaciones de la ciencia y de la cultura. Entre sus obras, Discursos a la nación mexicana (1922), Doctrinas e ideas (1924) La filosofía de Husserl (1934) y El peligro del hombre (1942).
Ejerció una notable influencia en la renovación del pensamiento mexicano de su tiempo. Formó parte del Ateneo de la Juventud, junto con José Vasconcelos, Alfonso Reyes y otros jóvenes filósofos, que apoyaron sin la menor reserva el levantamiento revolucionario de 1910.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.











Revolución Mexicana
El mapa que muestra la imagen ilustra los principales movimientos de las fuerzas en lucha durante la Revolución Mexicana (1910-1919).
© Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los

Las Ruinas del Templo Mayor






Las ruinas del Templo Mayor
En las ruinas del Templo Mayor de México-Tenochtitlan los arqueólogos han descubierto algunas de las piezas arqueológicas prehispánicas más espectaculares del siglo XX. En 1913 el antropólogo mexicano Manuel Gamio localizó el lugar exacto en el que se hallaban los restos de este templo mexica. Sin embargo, no fue sino hasta 1978, con el descubrimiento de la efigie de la diosa Coyolxauhqui por unos obreros de la compañía eléctrica, cuando se iniciaron nuevas excavaciones que finalizaron en 1982 con la pública inauguración de este destacadísimo recinto.
Corbis/Nik Wheeler
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.


La última civilización mesoamericana importante fue la de los aztecas, también llamados mexicas (de donde proviene el nombre de México). Entre 1428 y 1521 los aztecas produjeron y reunieron, a través de los tributos imperiales, objetos que hoy constituyen algunos de los mejores ejemplos del arte precolombino que ha llegado hasta nuestros días.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.





Bajorrelieve azteca
Los artesanos aztecas fueron bastante diestros en el arte de la cantería. Esta obra del 1500, esculpida en piedra, representa al dios azteca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que, de acuerdo con la mitología azteca, creó todas las formas vivientes.
Art Resource, NY/Werner Forman
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
En la época de la conquista española, el corazón del Imperio azteca era Tenochtitlan, ubicada donde está hoy la ciudad de México, era probablemente la población más grande y una de las más hermosas del mundo. Construida en el lago de Texcoco sobre islas naturales y artificiales llamadas chinampas, la Gran Tenochtitlan se parecía en su concepción a la ciudad italiana de Venecia. Las calles eran básicamente canales y el medio principal de transporte eran las canoas. Hoy día, la plaza central (el zócalo) de la capital mexicana se extiende encima del principal centro ceremonial azteca. Excavaciones recientes, llevadas a cabo por arqueólogos mexicanos en el templo Mayor de los aztecas, han sacado a la luz algunos de los hallazgos arqueológicos más espectaculares de este siglo en México.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
















Máscara azteca
Los artistas prehispánicos emplearon a menudo la técnica musivaria. Esta máscara azteca de madera está recubierta por un mosaico de turquesas, con ojos y dientes de madreperla. Las teselas están adheridas al soporte con una resina natural.
Bridgeman Art Library, London/New York
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Los aztecas produjeron esculturas exentas en piedra con carácter monumental. En ellas utilizaron tanto expresiones abstractas como realistas para revelar el carácter interno y externo de la divinidad, persona o animal retratados. La mayor parte de la escultura en piedra se utilizó para la decoración arquitectónica y las representaciones de dioses. También se empleó en los altares para sacrificios humanos, en los cuauhxicalli (recipientes para la sangre y el corazón), calendarios de piedra y otros objetos ceremoniales importantes. Ejemplos ilustrativos de la monumentalidad de la escultura mexicana son la extraordinaria figura de la diosa Coatlicue, símbolo de la dualidad que caracterizaba las religiones mesoamericanas; el enorme disco labrado de la Coyolxauhqui desmembrada y el universalmente conocido calendario azteca o Piedra del Sol.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.






Mayas






Estatuilla de cerámica maya
Uno de los productos más importantes de la economía maya fue el maíz. Esta figura (c. 600-800) representa el dios del preciado cereal, con sus joyas y su tocado característicos. La pieza era originalmente polícroma, y su sencillez formal caracteriza la cerámica maya.
Art Resource, NY/Nefsky
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.


La civilización maya dominó el sur de Mesoamérica durante la segunda mitad del primer milenio de nuestra era. Aunque se originó en el periodo preclásico, la cultura maya alcanzó su apogeo artístico e intelectual durante la última etapa clásica, desde alrededor del año 600 hasta aproximadamente el 900. En la época de la conquista española ya se encontraba en decadencia.
Ninguna otra civilización precolombina igualó a los mayas en la variedad y calidad de su arquitectura. Los emplazamientos mayas clásicos se fundaron en un principio en las zonas de las tierras bajas tropicales. Comparados con la cultura de Teotihuacán, dichos emplazamientos parece que prestaron mayor atención a los aspectos ceremoniales y dedicaron menos interés a los urbanos. La mayoría de las ruinas mayas están en México. Entre ellas se puede mencionar Palenque, Yaxchilán y Bonampak y en la península de Yucatán, Chichén Itzá, Cobá, Dzibilchaltún, Edzná, Hochab, Kabah, Labná, Sayil, Uxmal y Xpuhil. Otros emplazamientos importantes son los de Copán, en Honduras, y los de Guatemala: Piedras Negras, Quiriguá y Tikal, el mayor de todos los centros ceremoniales mayas. Su arquitectura se caracteriza por un sentido exquisito de la proporción y el diseño, así como por su refinamiento estructural y la sutileza de los detalles. Los mayas utilizaron la escultura más ampliamente en la decoración arquitectónica que todas las demás civilizaciones precolombinas. La bóveda de saledizo se empleó no sólo para cubrir espacios interiores sino también para construir arcos apuntados o trilobulados. También construyeron caminos pavimentados que conectaban los centros administrativos y religiosos más importantes. Se cree que se utilizaban sobre todo para procesiones ceremoniales y como símbolo de lazos políticos.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

















Templo de Cobá
El antiguo centro mesoamericano de Cobá se desarrolló especialmente durante el final del periodo clásico maya y el principio del posclásico, es decir, aproximadamente entre los años 800 y 1000. Sus ruinas, entre las que se hallan las del templo que aparece en esta fotografía aérea, se encuentran en el estado mexicano de Quintana Roo.
Corbis/Yann Arthus-Bertrand
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

El arte maya es el más refinado y elegante de todos los desarrollados por las civilizaciones precolombinas. Es digno y majestuoso, exuberante y sensual, y presenta una ornamentación espléndida.
Las estelas con relieves figurativos e inscripciones son los ejemplos más característicos de las esculturas conmemorativas exentas realizadas en piedra por los mayas. Los ejemplos más elaborados se encuentran en Copán, donde la maleabilidad de la piedra permitió una exuberancia ornamental barroca. La mayor parte de los emplazamientos importantes cuenta con una evolucionada tradición en la realización de paramentos de piedra decorados con relieves. En Palenque se utilizó el estuco para crear relieves de gran complejidad que decoraban los templos y palacios, como las célebres cabezas de la cripta de la pirámide de las Inscripciones.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.



Bajorrelieve maya
Los mayas esculpieron elaborados bajorrelieves, como esta obra del periodo clásico tardío (siglos VII al IX). Los relieves se disponían en los muros de los edificios o en las características estelas mayas (pilares o losas exentas con inscripciones).
Liaison Agency/George Swain
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.


Los mayas dominaron todas las formas artísticas precolombinas conocidas, menos el trabajo en metal. Aunque no se conservan telas tejidas por los mayas, su calidad y decoración pueden apreciarse a través de las representaciones en pinturas, figurillas y esculturas. Tallaban con maestría el jade, la madera, el hueso y las conchas, pero fue en los trabajos realizados con arcilla donde más destacaron. Sus figurillas de un realismo extraordinario (especialmente las provenientes de la isla de Jaina, Yucatán) y su cerámica policromada en la que se representan escenas mitológicas o de la vida cotidiana (producida en champlevé, Guatemala) se cuentan entre las mejores piezas de cerámica pintada precolombina.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Pirámide del Sol en Teotihuacán


Pirámide del Sol en Teotihuacán
La Pirámide del Sol de Teotihuacán (México) se erigió entre los años 50 y 200 de la era cristiana. Está construida con adobe recubierto de piedra volcánica, y alcanza una altura de 61 metros. Una escalera ceremonial conduce a su cima, donde se alzaba el templo del dios del Sol Huitzilopochtli.
Bridgeman Art Library, London/New York/Tom Owen Edmunds
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.


Los edificios precolombinos más antiguos estaban construidos en madera, juncos trenzados, esteras de fibra o paja, y otros materiales perecederos. Las estructuras permanentes o monumentales construidas en piedra o adobe (ladrillos de barro secado al sol) se desarrollaron principalmente en Mesoamérica y en la zona central andina.
Las técnicas de construcción precolombinas eran rudimentarias. La mayor parte de las estructuras se construían con el sistema de pilastra y dintel o de vigas horizontales sin arcos, aunque la cultura chavín del Perú y la maya de Mesoamérica emplearon el arco falso o bóveda de piedra salediza, que consiste en colocar una piedra sobre otra para conseguir una forma de arco. Utilizaban más herramientas de piedra que de metal, y tanto el transporte como la construcción de edificios como las pirámides, palacios, tumbas y templos sobre basamentos escalonados, se llevaban a cabo manualmente sin ayuda de ningún tipo de maquinaria.
La pirámide precolombina era considerada como algo diferente a su equivalente egipcia, ya que no estaba construida con fines funerarios sino como residencia de una deidad. Sin embargo, excavaciones recientes confirman de modo reiterado que solían incorporarse tumbas a las pirámides. Los pictogramas de los códices, (véase Paleografía) permiten suponer que las pirámides tenían gran importancia cívica y cultural. El símbolo azteca para representar la conquista era una pirámide en llamas en la que el calli, o casa del dios (el templo mayor), había sido derribado por el conquistador. Para hacerlas aún más monumentales e incrementar así el prestigio del gobernante, muchas de las pirámides mesoamericanas se reconstruían periódicamente sobre una estructura ya existente si bien esta práctica se relacionaba con cada cambio de era y se conmemoraba construyendo una pirámide nueva encima de las anteriores.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Metalistería


Pendiente mochica
La existencia de oro permitió el florecimiento de la orfebrería de la cultura mochica, que habitaba el Perú precolombino. Este pendiente mochica representa una figura bicéfala con cabezas de pájaro y cuerpo de felino. Está datado entre los años 200 y 700 d.C. y se conserva en el Museo del Oro de Perú.
Photo Researchers, Inc./Tom McHugh
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Desde su supuesto origen en el norte de la zona central andina alrededor del 700 a.C., el trabajo del metal se extendió hacia el área intermedia y alcanzó Mesoamérica alrededor del 1000 d.C. Debido a la insaciable sed de oro y plata de los europeos durante la conquista y después de ella, la mayoría de los objetos que no estaban enterrados o escondidos fueron fundidos por los conquistadores españoles y transportados como lingotes a España. Aunque las culturas prehispánicas no conocían el hierro ni el acero, habían trabajado mucho el cobre y habían descubierto la aleación del bronce alrededor del 1000 d.C. La tumbaga, una aleación de cobre y oro, se utilizó en Perú, Colombia y Ecuador. Se aplicaron muchas técnicas para trabajar el metal, que iban desde la cera perdida, hasta la soldadura, el repujado y el grabado. Los trabajos en metal solían estar grabados, chapados en oro o decorados con incrustaciones de piedras y conchas de mar.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Los Olmecas


Los Olmecas



Hacha ceremonial olmeca
Esta cabeza de un hacha ceremonial olmeca, tallada en jade, combina rasgos humanos y felinos, quizá como representación de una deidad. Data de alguna fecha entre los años 700 y 300 a.C. y se conserva en el Museo Británico de Londres.
Bridgeman Art Library, London/New York
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Instalados en la región costera central del golfo de México, los olmecas desarrollaron la primera civilización mesoamericana importante, entre aproximadamente el 1500 y el 600 a.C. En las cuencas pantanosas y selváticas de los actuales estados mexicanos de Veracruz y Tabasco había grandes centros ceremoniales como La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo. Muchos de los elementos más característicos de la civilización mesoamericana se originaron con los olmecas, como ha quedado demostrado especialmente en La Venta, que es la capital administrativa y ceremonial más conocida de esta cultura.
La Venta, al igual que muchos emplazamientos mesoamericanos posteriores, está planificada siguiendo un eje norte-sur. En el centro de esa disposición axial de templos, plataformas y plazas se construyó una pirámide rectangular con tierra apisonada de 30 m de altura, que es una de las primeras de Mesoamérica. Este trazado se convertiría en algo común en los centros ceremoniales mesoamericanos que se construyeron posteriormente. Los olmecas fueron los primeros en utilizar la piedra en arquitectura y escultura, a pesar de la dificultad de su extracción y transporte desde las montañas de Los Tuxtlas a 97 km al oeste. Fueron también los primeros creadores de mosaicos en piedra de América.
Los objetos olmecas más impresionantes son las cabezas colosales de piedra, de alrededor de 2,7 m de altura que, por su realismo, parecen retratos. Se han descubierto relieves de gran tamaño y detalle que representan deidades o hechos mitológicos, al igual que estatuillas de basalto y de jade talladas de modo exquisito. Sin embargo, a pesar de su importancia, la escultura no se combinó con la arquitectura como en civilizaciones mesoamericanas posteriores. Se erigieron estelas de piedra o lápidas de roca aisladas, posiblemente para conmemorar hechos significativos, y se grabaron con inscripciones de símbolos iconográficos, precursores de la escritura mesoamericana posterior.
El arte olmeca, como el de los mayas, se caracteriza por un alto grado de naturalismo. Predomina lo curvilíneo por encima de lo rectilíneo, lo cual crea formas rítmicas y fluidas que parecen mantener una armonía con un entorno tropical, en contraste con el arte estilizado y anguloso que suele encontrarse en los valles relativamente austeros de las montañas del centro y sur de México.
La esfera de influencia de los olmecas se extendió desde su centro en el golfo de México a través de la altiplanicie mexicana, el valle de México conocido como Anáhuac, la región de Oaxaca, y por el oeste hacia el estado de Guerrero. Aunque la cerámica olmeca que se elaboró en el centro es de menor importancia, en los emplazamientos olmecas de la altiplanicie, Tlatilco y Tlapacoya, se han encontrado estatuillas huecas de arcilla que son, probablemente, las primeras de Mesoamérica y se cuentan entre los mejores ejemplos de escultura en cerámica mesoamericana. La cultura indígena de Tlatilco produjo también una gran cantidad de estatuillas de mujeres con elaborados peinados y una ornamentación corporal muy detallada que se conocen genéricamente como ‘mujeres bonitas’. Los rasgos femeninos exagerados de su anatomía parecen indicar que se utilizaban como símbolos de la fertilidad tanto para la fecundidad humana, como para la de la tierra puesto que se enterraban en los campos de cultivo.
En los estados mexicanos de Morelos y Guerrero, se aprecia la influencia olmeca en las figurillas de barro de Xochipala, en la pintura de la cueva de Oxtotitlán, en Guerrero, y en los bajorrelieves de las paredes de la cueva de Chalcatzingo, en Morelos. Estos dos últimos lugares estaban consagrados al culto de una divinidad encarnada en el jaguar, cuyo poder y relación con los jefes gobernantes constituía el tema de la mayor parte del arte olmeca.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Arte Mestizo


Arte mestizo

Capilla posa del convento de Huejotzingo
La capilla posa es una tipología arquitectónica originaria de América Latina y que alcanza su máximo esplendor durante el siglo XVI en México. Tradicionalmente se construían en las esquinas de los atrios y entre las más hermosas están las cuatro del convento de Huejotzingo, en el estado mexicano de Puebla. En esta imagen podemos contemplar una de ellas.


Arte mestizo

INTRODUCCIÓN
Arte mestizo, término empleado por algunos historiadores del arte realizado en la América hispana durante el periodo colonial, para denominar las obras en las que es evidente una interpretación local del arte europeo a partir de elementos decorativos o estructurales propios del mundo indígena.
2

DEFINICIÓN
A lo largo del siglo XX la historiografía del arte colonial ha manifestado una preocupación constante por establecer el grado de originalidad de esta producción artística, nacida a partir de los modelos europeos trasplantados a América tras el establecimiento español en el continente americano. Y para detectar esta originalidad se han señalado varios puntos de partida. Uno de los más importantes ha sido la identificación de temas procedentes del repertorio iconográfico de las diferentes culturas prehispánicas contemporáneas al momento de la conquista, incorporados a la decoración de obras propias de la cultura europea, especialmente de carácter religioso, como iglesias y conventos. A estos temas se han añadido también aquellos procedentes de la flora y la fauna americana. Los ejemplos se relacionan tanto con la cultura azteca en el área del virreinato de Nueva España como con las culturas preincaicas y la incaica en el virreinato del Perú.
También han sido considerados como propios del arte mestizo los usos dados a los espacios, impuestos por las necesidades de la evangelización de una elevada población indígena. Este sería el caso de las capillas de indios o las capillas posas, tan numerosas en la arquitectura religiosa del siglo XVI en México y que se extienden hasta el siglo XVIII en el área andina. En estos ejemplos se ha valorado como un elemento clave la aportación indígena derivada del hábito de asistir a las ceremonias en grandes espacios abiertos en lugar de en lugares cerrados como las iglesias cristianas.
Una variante del arte mestizo es el denominado arte tequitqui, palabra náhuatl que significa “vasallo” y que el español José Moreno Villa utilizó para definir “el producto mestizo que aparece en América al interpretar los indígenas las imágenes de una religión importada”, con la consiguiente fusión de conceptos europeos e indígenas (La escultura colonial mexicana, 1942).
Del mismo modo, la pintura colonial cuenta con un capítulo de “pintura mestiza”, denominación utilizada fundamentalmente para designar a la producción anónima que se lleva a cabo en talleres del área andina, en torno a la ciudad del Cuzco, desde finales del siglo XVII a finales del siglo XVIII. A menudo es empleada como sinónimo de escuela cuzqueña. A ella se unen todas aquellas pinturas en las que se detecta la presencia de motivos indígenas junto a los cristianos.
3

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
El tema de la existencia del arte mestizo ha tenido muchos defensores y otros tantos detractores. Así, Angel Guido fue de los primeros y más entusiastas partidarios y con escritos como Fusión hispano-indígena en la arquitectura colonial (1925), Eurindia de la arquitectura colonial (1936), El estilo mestizo o criollo en el arte de la colonia (1938) y Redescubrimiento de América en el arte (1944), contribuyó de forma muy especial a la definición de las singularidades del arte colonial frente al español y al europeo en su conjunto. Mario Buschiazzo con Estudios de arquitectura colonial de Hispanoamérica (1945) y más tarde con su análisis El problema del arte mestizo (1969), y Martín Noel con El arte en la América española (1942), entre otras interesantes publicaciones, participaron también desde Argentina en este enfoque reivindicador, al que se sumaron figuras como los historiadores estadounidenses Harold E. Wethey con Colonial architecture and sculpture in Perú (1949), quien se manifestó claramente partidario de la existencia de un mestize style, y L. Mac Gregor que planteó la existencia de un “plateresco indígena” en El plateresco en México (1954).
Posteriormente, el mayor empuje al tema llega a través de los estudios de Emilio Harth Terre, con La arquitectura mestiza en el sur peruano (1966), y de Teresa Gisbert y José de Mesa quienes también han dedicado muchos de sus trabajos a respaldar la vigencia del estilo, resumiendo sus características en Determinantes del llamado estilo mestizo. Breves comentarios sobre el término (1970), y centrándolo temporal y espacialmente. También estos autores han analizado las repercusiones del tema en la Historia de la pintura cuzqueña (1962) y Teresa Gisbert dedica todo un libro, Iconografía y mitos indígenas en el arte (1980), a identificar numerosas obras en las que está presente el mundo andino.
Sobre el tema específico de la contribución indígena a la decoración escultórica ligada a la arquitectura, ya habían realizado importantes aportaciones investigadores como Alfred Neumeyer en The Indian Contribution to Architectural Decoration in Spanish Colonial America (1948). Pero Constantino Reyes Valerio desarrolla con amplitud el repertorio, y acuña también una nueva terminología a través de su obra Arte indocristiano. Escultura del siglo XVI (1978).
Esta singularidad del arte mestizo es negada por los trabajos de aquellos historiadores que entienden el arte colonial como “arte en América” rechazando tanto el mestizaje altoperuano como el criollismo mexicano. Entre los más significados pueden encontrarse George Kubler, que sintetiza su postura en trabajos como Indianismo y mestizaje como tradiciones americanas, medievales y clásicas (1966), Enrique Marco Dorta en Consideraciones en torno al llamado estilo tequitqui (1979) y Graziano Gasparini Análisis crítico de las definiciones “arquitectura popular” y “arquitectura mestiza” (1965).
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

domingo, 29 de abril de 2007

Popol Vuh

1

INTRODUCCIÓN
Popol Vuh, texto escrito en lengua quiché (grupo étnico de la familia maya) a mediados del siglo XVI por algún miembro de la citada etnia que ya había sido instruido por los españoles, en tanto que compuso la obra con caracteres del alfabeto latino. El Popol Vuh (cuya traducción aproximada sería Libro del Consejo o Libro de la Comunidad) supone un auténtico compendio de la cosmogonía y pensamiento quichés (y, por extensión, de la mitología maya) que posiblemente sólo habían perdurado por tradición oral.
2

HISTORIA DEL MANUSCRITO
El texto manuscrito del Popol Vuh fue descubierto a principios del siglo XVIII por el religioso dominico español Francisco Jiménez mientras predicaba en la actual población guatemalteca de Santo Tomás Chichicastenango. El hallazgo se produjo en un convento franciscano adyacente a la iglesia de Santo Tomás de dicha localidad. Jiménez lo estudió, transcribió y tradujo al castellano bajo el título Libro del común. Posteriormente, el ejemplar fue localizado en España por el abate Brasseur de Bourbourg, quien lo tradujo al francés y publicó en 1861 en París. Con anterioridad había sido traducido al alemán por Carl Scherzer (1857). En la actualidad, el manuscrito del Popol Vuh se encuentra, incluido en la Colección Ayer, en la Biblioteca Newberry de Chicago (Estados Unidos). El erudito español Adrián Recinos comparó y corrigió las versiones existentes para elaborar una nueva traducción (1946), fruto de una ardua investigación y profundo conocimiento de la lengua original.
3

CONTENIDO
El propio Recinos explica: “El documento... contiene las ideas cosmogónicas y las tradiciones de este pueblo, la historia de sus orígenes y la cronología de sus reyes, hasta el año 1550”. En efecto, el Popol Vuh está compuesto por cuatro partes que narran la creación del Universo y del hombre, la historia, las tradiciones y la cronología de los reyes quichés hasta 1550. A pesar de no haber tenido contactos con la civilización europea, los mayas quichés concibieron una explicación del nacimiento del mundo muy próxima a la que en el cristianismo proporciona el libro del Génesis.
Según el Popol Vuh, el mundo era nada hasta que los dioses, el Gran Padre (creador) y la Gran Madre (hacedora de formas) decidieron generar la vida. La intención de ambos era ser adorados por sus propias creaciones. Primero crearon la Tierra, después los animales y, finalmente, los hombres. Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran Padre decidió extraerlos de la madera. No obstante, los nuevos hombres eran altivos, vanidosos y frívolos, por lo que el Gran Padre los aniquiló por medio de un diluvio. Pese a este suceso, los dioses no desistieron y, en una última tentativa, crearon a los hombres a partir de granos de maíz molidos y, de los cuerpos de aquéllos, a cuatro mujeres. Una vez constituidas otras tantas familias, los dioses, temerosos de que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en sabiduría, disminuyeron la vista e inteligencia de los ocho. El Popol Vuh también relata las hazañas de dos hermanos gemelos, Hunahpú e Ixbalanqué, vencedores de las fuerzas malignas e hijos de una de aquellas mujeres que, pese a su virginidad, los concibió de manera milagrosa.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Lenguas aborígenes de hispanoamérica

1

INTRODUCCIÓN
Lenguas aborígenes de Hispanoamérica, lenguas que se hablaron o hablan en la América hispánica y que proceden de los pueblos precolombinos.
En Hispanoamérica se han hablado cientos de lenguas y dialectos aborígenes, pertenecientes a numerosas familias (troncos). Muchas ya han desaparecido, por los avatares de las conquistas y colonizaciones; otras han sobrevivido y están, en la actualidad, plenamente vigentes, como, por ejemplo, el náhuatl o azteca, el quiché, el quechua, el aimara, el guaraní y el mapuche. No son en absoluto lenguas “primitivas” —como se ha afirmado sin conocerlas en profundidad—, pues poseen estructuras que permiten a sus hablantes comunicarse expeditamente, al igual que cualquier ser humano del llamado “mundo civilizado”. Incluso, sus gramáticas son, en muchos casos, más elaboradas que las de distinguidas y difundidas lenguas indoeuropeas. En ellas se expresan, desde luego, las culturas que los aborígenes han creado y desarrollado desde hace milenios. No pocas permanecen todavía desconocidas, total o parcialmente, sobre todo las habladas por grupos tribales que habitan en las grandes selvas del continente.
Las lenguas aborígenes de Hispanoamérica han tenido un carácter predominantemente oral, pues sólo unos pocos pueblos (aztecas, mixtecos, mayas) habían logrado crear un sistema de escritura (básicamente pictográfica), el cual, a raíz de la conquista española y la consiguiente transculturación, cayó en desuso. Los misioneros católicos emplearon el alfabeto castellano al elaborar gramáticas (artes) y catecismos (el primero, en náhuatl, apareció en 1528), con el fin de facilitar la evangelización. Tan sólo en época reciente se ha intentado oficializar alfabetos para algunas lenguas (por ejemplo, para el aimara, en 1954 y 1969; para el quechua, en 1975), pero, en la práctica, con poco éxito. Los lingüistas, por su parte, utilizan sus propios sistemas de transcripción.
La población aborigen de Hispanoamérica es de 30 millones según cálculos aproximados. En Guatemala y Bolivia supera el 50% de la población total. México, Ecuador y Perú cuentan con grupos importantes; en cambio, en Panamá, Venezuela y Colombia los grupos son pequeños, tribales. En Chile los mapuches son alrededor de medio millón. En Paraguay predomina la población mestiza, y los aborígenes son, comparativamente, pocos. El único país donde no hay indígenas es Uruguay.
En relación al número de lenguas habladas en cada país, hay variación. Entre los países más multilingües figuran México (alrededor de 50 lenguas, pertenecientes a 10 troncos, como el yuto-azteca, el maya, el otomanque, el mixe-zoque, entre otros; en el pasado se hablaron unas 100), Guatemala (21 lenguas del tronco maya; además se habla caribe y xinca), Colombia (aproximadamente 70 lenguas, de los troncos arahuaco, chibcha, tucano y quechua, principalmente), Perú (66 lenguas, de los troncos quechua, arahuaco, panotacana y otros) y Bolivia (35 lenguas, de los troncos jaqi, arahuaco, panotacana, tupí guaraní y otros). En Chile, por el contrario, se han hablado comparativamente pocas: como máximo, 10 amerindias.
Aunque las lenguas de Hispanoamérica tendrían un origen común, dado que los antepasados remotos de las poblaciones aborígenes podrían haber emigrado a través del estrecho de Bering desde Asia a este continente (según postula la prehistoria de América) actualmente, y como resultado de cambios ocurridos en ellas durante miles de años, son, en la mayoría de los casos, mutuamente ininteligibles. Ello se evidencia, desde ya, en palabras de su léxico fundamental, como por ejemplo, madre se dice nan-tli (en náhuatl clásico), mama (en quechua), sy (en guaraní) y ñuke (en mapuche).
En su estructuración fonológica (véase Fonología), las lenguas presentan una gran diversidad. Al respecto, si se compara, por ejemplo, el quechua, el mapuche y el guaraní, los dos primeros poseen un sistema vocálico sencillo, sólo con vocales orales (cinco y seis, respectivamente); el último posee, además de seis vocales orales, seis nasalizadas, o sea, doce en total. En lo que respecta al consonantismo, el quechua se caracteriza por la presencia de series de fonemas oclusivos aspirados y glotalizados (eyectivos), desconocidos en mapuche y guaraní. Cabe destacar igualmente que en Hispanoamérica existen lenguas tonales, como, por ejemplo, el mixteco, el zapoteco y el otomí de México.
En cuanto a su estructuración morfológica, se registra también variedad, aunque muchas lenguas son polisintéticas y aglutinantes. En términos sencillos: en ellas se suelen formar palabras complejas, largas, constituidas por la unión (aglutinación) de varios elementos (morfemas), con significado léxico (raíces) y gramatical (categorías de número, persona, tiempo, aspecto, y demás; la categoría de género es poco frecuente), las cuales equivalen a oraciones de lenguas indoeuropeas. En ello se asemejan más a las lenguas ugrofinesas (finés, húngaro) y altaicas (turco). Los morfemas que expresan categorías gramaticales pueden prefijarse o sufijarse a la raíz (o raíces). Los infijos son poco frecuentes.
He aquí algunos ejemplos de polisíntesis y aglutinación:
2

NÁHUATL HUASTECA
ni-k-on-ita-s: ‘yo lo veré allá’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan: ni- : 1ª persona singular -k- : a él, lo -on- : allá -ita- : raíz verbal ver -s : futuro
El náhuatl huasteca es prefijador y sufijador.
3

QUECHUA
jamu-wa-rqa-nki-chu: ‘¿viniste por mí?’
Los morfemas constituyentes de la palabra significan: jamu : raíz verbal venir -wa- : tú me, tú a mí -rqa- : pasado simple -nki- : 2ª persona singular -chu : interrogativo
El quechua es sufijador.
4

AIMARA
uta-ja-nka-sk-t-wa: ‘estoy (actualmente) en mi casa’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan: uta- : raíz nominal casa -ja- : posesivo de 1ª persona singular -nka- : estar (en) -sk- : continuativo. Expresa que la acción o estado continúa -t- : 1ª persona singular -wa : afirmación
El aimara es sufijador.
5

MAPUCHE
mütrüm-tu-a-fi-ñ: ‘lo/la voy a llamar otra vez’.
Los morfemas constituyentes de la palabra significan: mütrüm- : raíz verbal llamar -tu- : iterativo. Expresa repetición, reiteración de la acción -a- : futuro -fi- : a él, lo; a ella, la -ñ- : 1ª persona singular de modo indicativo
El mapuche es sufijador.
6

LENGUAS INCORPORANTES
Es también característica de estas lenguas aborígenes la llamada incorporación, la cual consiste en introducir en una forma verbal el objeto directo de la acción, expresado éste por una raíz o por un afijo. Cuando se dice, en mapuche, katrü-mamüll-me-a-n, ‘voy a ir a cortar leña’, mamüll, ‘leña’ está incorporado. En mütrüm-tu-a-fi-ñ, el sufijo -fi- expresa el objeto directo. En el primer ejemplo en náhuatl huasteca, que se ha visto antes, lo hace el prefijo -k-.
Debido a tal procedimiento, las lenguas son llamadas incorporantes. (Véase Clasificación de las lenguas)
Desde los primeros momentos del descubrimiento, los españoles entraron en contacto con las lenguas aborígenes de los troncos arahuaco (o arawak) y caribe (o karib). Se hablaban entonces, en las Antillas Mayores, variedades del subgrupo taíno (o nitaíno) del primero. El taíno propiamente dicho era hablado en Cuba y La Española (Santo Domingo y Haití); el borinquén, en Puerto Rico; el yamaye, en Jamaica y, en las Bahamas, se hablaba el lucaya. En las Antillas Menores se hablaban el eyeri (o allouage), el nepuya, el naparina y el caliponau (usado por las mujeres de las tribus caribes). En las Antillas Menores también se hablaban dialectos del caribe. Ninguna de aquellas lenguas ha sobrevivido.
7

TRONCOS LINGÜÍSTICOS
Algunos de los troncos lingüísticos más importantes de Hispanoamérica son:
7.1

Tronco yuto-azteca
Comprende nueve subgrupos y más de 16 lenguas, habladas en Estados Unidos y México. La más importante es el náhuatl o azteca, que cuenta, en el presente, con más de un millón de hablantes. Su nombre proviene del verbo nuhuati, ‘hablar alto’. Náhuatl significa ‘sonoro’, ‘audible’. También ha sido llamada nahua, nahoa, nahualli, mexihca (‘mexicano’) y macehualli (‘campesino’). Posee varios dialectos, como el náhuatl huasteca (en los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz y en parte de Puebla), el náhuatl septentrional de Puebla (norte del estado de Puebla), el náhuatl tetelcingo (en la ciudad de Tetelcingo y sus dos colonias, Cuauhtémoc y Lázaro Cárdenas, en la municipalidad de Cuautla, Morelos, México). En Guatemala y El Salvador se habla náhuatl pipil. El dialecto que cuenta con más hablantes es el náhuatl huasteca (350.000).
7.2

Tronco maya
El maya no es una lengua, sino un tronco que comprende alrededor de 30 lenguas, las cuales son habladas desde el istmo de México hasta Honduras. En el occidente de México están vigentes el tzeltal, el tzotzil, el tojolabal, el yucateco y otras. Sin embargo, la mayoría de ellas (21) se habla en Guatemala, de las cuales cabe consignar, en primer lugar, el quiché (la lengua del Popol Vuh); en seguida, el mam, el kakchikel, el pokomam, el k´ekch´i, entre otras. El quiché se habla en el oeste del país, por cerca de medio millón de personas. Presenta, eso sí, muchos dialectos (14). El mam tiene también alrededor de medio millón de hablantes, y el kakchikel, unos 350.000. El conjunto de las lenguas mayas es hablado por más de dos millones de personas.
7.3

Tronco quechua
Para algunos estudiosos es una sola lengua con variedades dialectales; para otros, un conjunto de lenguas (21), algunas mutuamente ininteligibles. Originario de la región del Alto Apurímaq y del Urubamba, se difundió por un vasto territorio y es hablada desde el sur de Colombia (Intendencia de Caquetá, Comisaría de Putumayo), Ecuador (provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Cañar, Azuay, norte de Loja y Napo y Pastaza), Perú (en la mayoría de los departamentos, exceptuando Tumbes, Piura, La Libertad, Tacna y Madre de Dios), Bolivia (departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, este de Oruro y norte de La Paz) y Argentina (Santiago del Estero).
Aunque los incas conquistaron Chile y, a la llegada de los españoles, el quechua era comprendido, por ejemplo, en los valles del norte, no logró entronizarse. Atestiguan su presencia los topónimos y algunos préstamos léxicos en el mapuche.
El quechua tiene todavía millones de hablantes. Se estima que, en Ecuador, hay más de un millón y medio; en Perú, más de tres millones, y, en Bolivia, más de un millón y medio. En Argentina son sólo algunos miles. La cifra total debe ser de, aproximadamente, unos siete millones.
7.4

Tronco tupí-guaraní
Comprende alrededor de 40 lenguas y dialectos, hablados también en un vasto territorio, en Brasil, Paraguay, Uruguay (en el pasado), noreste de Argentina y oriente de Bolivia. Muchos ya se han extinguido. La lengua más importante es el guaraní paraguayo, hablado actualmente por la mayoría de la población del Paraguay.
7.5

Tronco arahuaco (o arawak)
Comprende alrededor de 80 lenguas y dialectos, que han sido hablados, en el pasado, en Florida y las Antillas y, actualmente en las Guayanas, Venezuela, Colombia, Brasil, hasta las estribaciones de los Andes peruanos. La mayoría de sus hablantes forma parte de pequeños grupos tribales.
7.6

Tronco caribe (o karib)
Comprende más de 60 lenguas y dialectos, que han sido hablados, en el pasado, en las Antillas Menores y, actualmente, en las Guayanas, en las cuencas del Orinoco y del Amazonas, desde las costas colombianas del Pacífico hasta el Pará en Brasil. También en este caso los hablantes forman parte de grupos tribales.
8

PRÉSTAMOS AL ESPAÑOL
Las lenguas aborígenes han contribuido —y siguen contribuyendo— al español de América principalmente con léxico, a saber:
Del arahuaco de las Antillas: batata, bohío, caimán, caníbal, canoa, carey, colibrí, enaguas, hamaca, iguana, maíz, sabana, tiburón, etc. Por no haber quedado documentadas las lenguas, ya extinguidas, no se puede saber cuál era la forma original de las palabras. Las transcripciones que hicieron los conquistadores no fueron exactas.
Del caribe de las Antillas: cacique, huracán, piragua, tabaco, con respecto a las transcripciones sucede lo mismo que en el caso anterior.
Del náhuatl: aguacate (de yeca-tl), cacaquate (de tlal-cacaua-tl: ‘tierra cacao’), cacao (de cacaua-tl), camote (de camo-tl), coyote (de coyo-tl), chile, ‘ají’ (de chi-li, ‘rojo’), chocolate (de chocola-tl), mole, ‘salsa’ (de mol-li), tamal, ‘empanada de maíz’ (de tamal-li), tiza (de tiza-tl), tomate (de toma-tl), zopilote (de tzopilo-tl).
Del quechua: cancha (de kancha: ‘recinto’, ‘patio’, ‘empalizada’), cocaví (de kokau: ‘provisión’, ‘víveres para el viaje’), callampa (de k´allampa: ‘hongo’), cóndor, (de kuntur), china (de china: ‘hembra de los animales’, ‘sirvienta’), quaqua (de wawa: ‘niño de teta’), humita (de huminta), puma (de puma: ‘león’, ‘gato montés’), vicuña (de wikuña), vizacacha (de wisk´acha).
Del mapuche: cahuín, (de kawiñ: ‘junta’, ‘reunión que terminaba en borrachera’), curiche (de kurü: ‘negro’ y che: ‘gente’), chopazo (de chope: ‘palo puntiagudo’, ‘barreta de madera para cavar la tierra’), pololo (de pülü: ‘mosca’, pülü-lu: ‘quien vuela o zumba como mosca alrededor’).
Del guaraní: ananá(s), jacarandá, jaquar, ñandú, ombú, tapir, tucán, yacaré.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Bonampak

Bonampak
Bonampak, antigua ciudad maya situada en la selva del norte de Chiapas, en México, que fue descubierta en 1946 por el fotógrafo explorador Gilles Healey guiado por los indios lacandones. Bonampak, que data de finales del periodo clásico (siglos VII-VIII d.C.), comprende los vestigios de nueve edificios, así como diversos altares y estelas en bajorrelieve.
La ciudad es conocida principalmente por su conjunto de pinturas murales, entre las más destacadas de la América precolombina; de ahí el nombre que le dieron los arqueólogos (en maya, Bonampak significa ‘muros pintados’). Datan del siglo VIII d.C. (entre los años 785 y 790 aproximadamente), según rezan las inscripciones jeroglíficas de los muros. Las pinturas están realizadas sobre un aplanado de cal, y en ellas se usaron pigmentos de origen mineral: los rojos y rosados se obtuvieron a partir del óxido de hierro; el amarillo y los ocres proceden de la limonita; el negro, del carbón, y el azul es una mezcla de tinte añil y arcillas.
Los frescos se sitúan en tres salas de uno de los edificios y relatan una batalla: en la sala número I se narran los preliminares de la contienda, y destaca especialmente el conjunto de los músicos y danzantes; la batalla se desarrolla en la sala número II, con el extraordinario conjunto de la entrega de los cautivos y el fantástico escorzo de uno de los prisioneros moribundos, y por último, el sacrificio final, en la número III.
Sobresale por encima de todo el dominio de la técnica empleada: según Agustín Villagra Caleta, a quien el gobierno mexicano encargó el estudio de los frescos, el autor o autores del conjunto ejecutaron los trazos de las figuras directamente sin retoques. Bonampak sorprende también por la cantidad de personajes allí reflejados; toda la sociedad maya: el señor del lugar, representado junto a sus dos mujeres, niños, criados, bailarines y músicos disfrazados de animales acuáticos, asambleas de altos dignatarios cargados con sus pesados adornos emplumados, de guerreros vestidos con pieles de jaguar, escenas de batallas, sacrificios humanos, prisioneros moribundos, procesiones, escenas familiares de la vida cotidiana… Su naturalismo constituye un elemento importante para el conocimiento de los ritos, la vida cotidiana y el arte mayas.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

lunes, 9 de abril de 2007

Dos presentaciones de “cosmogonía quiché”

Ah Mun: dios del maíz. Se le representa como un joven que lleva una mazorca de maíz.

Ahau Kin: dios del sol. Se le representa como un viejo de ojos cuadrados.

Ah Muzenkab: dios de las abejas y la miel.

Bolon Dzacab: dios relacionado con los linajes reales.

Buluc Chabtan: dios de la guerra y de los sacrificios humanos.

Chac: dios de la lluvia. Se le representa como un anciano con un ojo de
reptil, una nariz larga enrollada y dos colmillos. Aparece con frecuencia en la decoración, debido a la importancia de la lluvia para las cosechas.

Chac Bolay: dios jaguar del inframundo.

Ek Chuach: dios de los mercados. Se le suele representar, entre otras cosas, con una bolsa a la espalda.

Itzamná: dios del cielo.

Ix Chel: diosa luna.

http://www.meta-religion.com/Religiones_antiguas/Mesoamerica/dioses_mayas.htm


Cosmogonía

Dioses mayas
La principal deidad de los mayas era Hun Ab Ku; Hun siendo uno, Ab solo y Ku Dios. Que estaba sobre todos los dioses, muy pocos atributos se le conocen, pues se le consideraba como incognoscible (no conocido).
Los Dioses mayas son el equivalente a los ángeles del cristianismo o a los Devas de la india milenaria.

Itzamná: Dios de la Sabiduría, inventor de las ciencias y conocimientos. Es una viva representación del Padre que está en secreto, del real Ser que cada uno lleva en su interior, Dios como padre es sabiduría y como madre es amor.

Ak Kin: Dios del Sol. Los mayas, egipcios, incas, aztecas, etc. fueron adoradores del Sol, tomando a este como símbolo del Cristo cósmico, de esa fuera que hace que vivan los mundos, los soles, las estrellas, el átomo. Es esa fuerza que deberemos encarnar todos a través de vivir el precepto Amor a la humanidad.

Ix U: Diosa de la luna. Es obvio que si está representado el principio eterno masculino, también debe estar indudablemente el principio eterno femenino, Dios Madre, ella siempre estuvo asociado a la luna, símbolo de la feminidad, del Amor, de la ternura, de la no violencia.

Kauil: Dios del fuego. Los mayas conocedores de la anatomía oculta del ser humano, asociaban el elemento fuego con variadas cosas, entre ellas, El fuego sagrado interno, la fuerza espiritual que debemos adquirir antítesis de la ira.

Chaac: Dios del Agua. Los mayas no desconocían que la naturaleza no es algo meramente mecánico, sino que estaba regido por principios inteligentes superiores (Devas, dioses, ángeles, etc.) el elemento agua es obvio que se encuentra regido por inteligencias como Tlaloc entre los aztecas, Chaac entre los mayas. Además lo relacionaban con las aguas internas del ser humano (la energía creadora).

Xaman Ek: La Estrella Polar. Cada astro, cada planeta, cada estrella, tiene su dirigente que mantiene su órbita, curso, etc. en orden para que exista una armonía y equilibrio en el cosmos, por ello los mayas consideraban cada estrella como un ser viviente, veían en la misma naturaleza a la Divinidad.

Yum Cimil: Dios de la Muerte. La muerte reviste diferentes significados, entre los mas importantes es el de morir en sí mismo, sus defectos psicológicos, sus pasiones animales, el orgullo, la pereza, la gula, la envidia, etc., además por supuesto de los estados post mortem.

Yum Kaax: Dios del Maíz.- La naturaleza no es algo muerto, está regida por principios inteligentes superiores, cada planta, cada animal, cada mineral, tiene su propio elemental, y este a su vez esta regido por seres superiores.

Ek Chuac: Dios del Comercio. Cada actividad humana, es para los mayas dirigida por fuerzas superiores. Es así para todos los pueblos del mundo, como los hebreos que dividen en 7 grupos sus actividades y colocan un regente para cada grupo.

Ixtab: Diosa del Suicidio.- Es obvio que no hablan de una divinidad para los que escapan por la puerta falsa, para los cobardes. Más bien se refieren a morir en sus pasiones, lujurias, orgullos, miedos, etc., es pues esta representación de la divinidad que auxilia al aspirante al conocimiento a desintegrar sus Yoes-defectos que carga en su interior.

Ixchel: Diosa de la Medicina.- Consorte de Itzamná (dios principal), era diosa del tejido, de los partos, de la luna. Es el símbolo perfecto del eterno principio femenino divinal.

Dios serpiente: La Serpiente entre los mayas, así como los aztecas, era símbolo de la sabiduría que debemos de adquirir a través del trabajo interior, solo cuando hayamos adquirido la sabiduría podremos ser tragados por al águila del espíritu.

http://www.samaelgnosis.net/revista/ser25/capitulo_11.htm

De la lengua Quiché:

La palabra "Quiché" quiere decir "abundancia de árboles". Descomponiéndose en "q'ui", "muchos" y "che' ", "árboles". Es lengua de raíz mayense hablada por el grupo étnico del mismo nombre en Guatemala.
El idioma "Quiché" utiliza 29 signos gráficos. Doce representan sonidos propios; son: b, c', ch (saltillo), k, k', q', t’ tz, tz’, w, x.La "b" requiere de un sonido explosivo globalizado. Ejemplos: en la palabra "baluc" (cuñado).
Otras traducciones

Ri sirve de artículo.
nabi'al significa primero. Acá es el primogénito.
Observe el posesivo wixoquil: la w indica mía.
Según el lugar, hay cambios: por ejemplo, en otros lugares, en vez de quepé, dirán capé.

jueves, 29 de marzo de 2007

Continuación de Tina Modotti




Tina Modotti participó activamente en la campaña antinorteamericana “monos fuera de Nicaragua”.
Ayudó a fundar el primer comité antifascista italiano.
En cuanto a su fotografía Tina Modotti además de su marcada denuncia social, está considerada como precursora del fotoperiodismo.
Su expulsión de México fue porque la acusaron de participar en el atentado contra la visa del presidente mexicano Pascual Ortiz.
Su muerte fue en México de manera muy misteriosa cuando viajaba en un taxi con la identidad falsa de Carmen Ruiz.
Un informe médico certificó crisis cardiaca, pero en realidad fue abatida a tiros.

Grupo editorial “Norma Referencia”
“personajes célebres de la personalidad”
Ediciones 1998
Diccionario Espasa Mujeres Célebres
Cristina Segura Graíño
Editorial Espasa
Año 1988

martes, 20 de marzo de 2007

La influencia del comunismo en las fotografías de Tina Modotti


Tina Modotti o también conocida como Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini.
Fotógrafa y actriz italiana, radicada en México por la lucha contra la explotación que vivía la clase trabajadora de la postrevolución mexicana.
Se convierte en activista mexicana a apartir de los años veinte junto a artistas como Manuel Alvarez Bravo (artista plástico y visual), Diego Rivera (pintor), Orozco y Siquieros.
Participó activamente en la revista mexicana Folclor Mexicano, como fotógrafa y editora.
En sus obras quizo resaltar la sencilles, como lo llamaba ella, de la gente que en México trabajaba.
Durante su vida escandalizó a todo México por su combivencia con hombres bajo su mismo techo y también por sus apariciones desnudas en la azotea de su casa. Estas apariciones desnuda no sólo las realizó en su inmueble, ya que en el año 1929 la policía mexicana difunde fotografías de su cuerpo desnudo. En el año 1930 es expulsada por su activismo comunista y revolucionario, el cual fue totalmente plasmado en sus fotografía tanto aquellas que muestran su cuerpo como símbolo de libertad com las que muestran cananas y mazorcas mexicanas.